Artículo de “La Forge” de abril 2023, órgano del Partido Comunista de los Trabajadores de Francia (PCOF)
Desde el anuncio, el 10 de enero, por parte de la primera ministra E. Borne del proyecto de ley que afecta a la edad legal de jubilación, la Intersindical compuesta por todas las confederaciones del país, CGT, CFDT, FO, UNSA, CGE -CGC y Solidaires, convocó días de huelgas y manifestaciones interprofesionales a partir del 19 de enero.
Este primer día de lucha tuvo el éxito y la amplitud que se esperaba, incluso superando las previsiones de los líderes sindicales y tomó por sorpresa al gobierno. Los siguientes días de movilización siguieron en la misma dinámica, aunque algunos vieron un poco menos de participación en las manifestaciones sindicales.
En la víspera de la reunión con el gobierno, casi dos meses y medio después, la movilización sigue siendo fuerte y se ha fortalecido con la participación de la juventud, especialmente debido al uso del artículo 49.3 por parte del gobierno. Esta movilización social sin precedentes, marcada por las convocatorias de la Intersindical, ha permitido sin lugar a dudas que el movimiento sindical recupere fuerza. Prueba de ello son los miles de solicitudes de afiliación registradas tanto por la CGT, la CFDT como por Solidaires, por nombrar solo algunas de estas organizaciones.
Más allá de las siglas, esta unidad sindical da una y otra vez para exigir la retirada de la reforma y brinda confianza a cientos de miles de trabajadores en la movilización, en la importancia de la lucha colectiva y en los sindicatos que la organizan.
En esta batalla, los trabajadores que recolectan y clasifican los desechos han demostrado ser iguales de esenciales, aunque poco considerados por la sociedad, que aquellos en huelga en las refinerías o en piquetes frente a las centrales nucleares. Estos meses de manifestaciones y huelgas son también una vez más una demostración, en la realidad de la lucha, de la importancia y el papel de la clase obrera en la defensa de las condiciones de vida y trabajo de todos los trabajadores.
Este movimiento, porque se opone con fuerza y de manera unitaria al aumento de la explotación capitalista (trabajar por más tiempo) en un contexto en el que los salarios reales han caído en picado durante meses, avanza la conciencia de clase al tiempo que permite, debido a su carácter unitario, que amplias masas que hasta ahora estaban alejadas de la lucha sindical, se sumen a ella.
Esto es lo que destaca la importancia de las manifestaciones de la CFDT, especialmente en las grandes ciudades, así como las manifestaciones significativas en pequeñas y medianas ciudades. En las manifestaciones, numerosas estructuras sindicales, en particular la CGT, pero también Solidaires, como los jóvenes, adoptan ampliamente el lema “los jóvenes en la miseria, los viejos en la pobreza, las mujeres en sectores precarios, no queremos esta sociedad” y cada vez más lo complementan con “¡la combatimos!” Estas dos palabras adicionales al eslogan que se ha repetido durante años le dan un carácter político a lo que está sucediendo en las calles y en las huelgas. Este lema adoptado por los sindicatos en las manifestaciones avanza la idea de romper con el sistema capitalista.
En todas partes, entre dos días de movilizaciones interprofesionales, se organizan manifestaciones locales, marchas con antorchas, bloqueos de rotondas y centros comerciales, así como el apoyo a aquellos que bloquean sus empresas y se oponen a los planes del Gobierno... Todas estas iniciativas, incluyendo las que llaman a concentraciones frente a las oficinas de los funcionarios electos, son importantes. Permitan agrupar a los trabajadores, a los militantes sindicales, a los jóvenes, a los estudiantes... para mantener la movilización entre ellos y seguir ejerciendo presión sobre el gobierno.
Después del 7 de marzo, la jornada interprofesional en la que el objetivo declarado por la intersindical era “para el país”, si bien los trabajadores de los sitios estratégicos se unieron a la huelga, ésta no se generalizó. Las repetidas y reiteradas llamadas a “la huelga general”, en el estado actual, no permitirán cambiar las cosas. De todos modos, contra esta reforma, son miles de trabajadores los que todavía están en huelga indefinida en refinerías, en la basura, en la energía, en el transporte... de hecho, hoy en día están a la vanguardia del movimiento. Hay que apoyarlos de todas las maneras posibles y convocar masivamente para la próxima jornada interprofesional del 6 de abril.