EOyRMC. Hermida

Elena Ódena, de cuya muerte se cumplen ahora treinta y siete años (10 de noviembre de 1985) y Raúl Marco, que nos dejó el 16 de octubre de 2020, abandonaron el Partido Comunista de España en 1964 y fundaron nuestra organización. Fue, sin duda, una decisión difícil, complicada, pero absolutamente necesaria ante la descomposición ideológica en la que se adentró el PCE al adoptar la política de “reconciliación nacional” en 1956 y que años más tarde, durante la mal llamada Transición democrática, culminaría en la aceptación de la monarquía juancarlista por parte de Santiago Carrillo.
Elena y Raúl, con su obra teórica y su praxis revolucionaria, junto con el trabajo, abnegación y sacrificio de tantos militantes, lograron consolidar el Partido Comunista de España (marxista-leninista), convertirlo en una pieza fundamental de la lucha antifranquista y dotarlo de una coherencia política e ideológica que nos ha permitido afrontar situaciones extremadamente difíciles. En esta andadura de cincuenta y ocho años nuestro partido ha protagonizado páginas heroicas y también se han cometido errores, hubo traiciones y maniobras liquidacionistas, pero estamos aquí, nos hemos mantenido firmes, luchando por la República Popular y Federativa y por el Socialismo. Y si ha sido así, se debe a que hemos permanecido fieles a nuestra ideología marxista-leninista, combatiendo las tendencias revisionistas en la que otros han naufragado.


Elena y Raúl mantuvieron siempre altas la bandera roja del comunismo y la tricolor republicana, cuando los que tenían la obligación de defenderlas las arriaron. Ellos fueron un ejemplo de ese patriotismo republicano y popular que defendemos frente al nacionalismo reaccionario de la derecha española.
Como dirigentes comunistas fueron inflexibles en la defensa del marxismo-leninismo, pero siempre tuvieron la flexibilidad táctica para lograr alianzas que condujeran a la unidad popular. El FRAP, la Convención Republicana y Ciudadanos por la República, cada uno en su momento, son un buen ejemplo de ese esfuerzo por conseguir un frente amplio para combatir la dictadura franquista y derrocar la monarquía.
Coherencia política e ideológica, fe en la victoria, honestidad, lucha y sacrificio, junto con una gran calidad humana, fueron algunas de sus cualidades. No tuve el honor de conocer a Elena, pero sí compartí con Raúl muchos años de militancia y amistad, y puedo decir con toda sinceridad que ha sido una de las personas que más positivamente han influido en mi vida.
Militar en el PCE (m-l) no es tarea sencilla. No solo debemos enfrentarnos a numerosos enemigos, sino que también sufrimos incomprensiones por parte de personas de nuestro entorno más cercano. Es natural que en ocasiones tengamos dudas, que nos sintamos cansados y desanimados. Entonces debemos tener presentes a Raúl y Elena, y no me refiero solamente a leer sus escritos, que es tarea indispensable, sino a recordar su lucha, su compromiso absoluto con el Partido y con la clase obrera. Eso nos ayudará a superar debilidades, a continuar disciplinadamente en nuestro puesto de combate.
Raúl Marco y Elena Ódena vivirán siempre en la memoria de todos los camaradas, contando con nuestra admiración y respeto. Su huella es imborrable. Forman parte de la historia del movimiento comunista y del movimiento obrero. El mejor homenaje que podemos rendirles es seguir su ejemplo.