adelvayo

 

C.Hermida

El 3 de mayo de 1975 falleció en Ginebra Julio Álvarez del Vayo. A su entierro asistieron José Maldonado González, presidente de la República española en el exilio, y Fernando Varela Aparicio, jefe del gobierno en el exilio. Desgraciadamente, como ocurre con tantos hombres y mujeres de nuestra patria, su vida profesional y su actuación política son ignoradas por una gran mayoría de los españoles. Es también lamentable el desconocimiento de su importante producción ensayística.
Julio Álverez del Vayo (1891-1975) nació en Villaviciosa de Odón (Madrid), realizó sus estudios secundarios en El Escorial y estudió Derecho en las Universidades de Madrid, Zaragoza y Valladolid. En 1911 fue becado por la Junta de Ampliación de Estudios marchando a Londres para estudiar ciencias políticas y económicas en la «London School of Economics», ingresando ese mismo año en al PSOE. En 1913 se trasladó a Alemania, prosiguiendo sus estudios en la Universidad de Leipzig, participando activamente en el movimiento socialista alemán y estableciendo relación con Rosa Luxemburgo, dirigente y teórica del socialismo de izquierda. Participó en las campañas contra la guerra mundial y las movilizaciones que tuvieron lugar en protesta por el asesinato en Francia de Jean Jaurès.

Por estas actividades fue expulsado de Alemania, pasando a residir en Nueva York donde, entre 1914 y 1916, fue corresponsal de “El Liberal”. En 1916 regresó a Europa, viajó a Alemania y posteriormente a Suiza, donde trabajó como corresponsal de guerra para los periódicos “El Sol”, de Madrid; “La Nación”, de Buenos Aires y “Manchester Guardian” (Reino Unido), colaborando además con revistas españolas como “Vida Socialista” y “España”.
Después de la guerra mundial trabajó como corresponsal de La Nación para Europa, residiendo sucesivamente en Viena (1919), Praga y Berlín (1920) y viajando a la Rusia soviética por vez primera en 1922 como miembro de la Comisión Nansen para la ayuda al pueblo ruso. En 1924 fue nombrado representante en España de dicho diario y viajó varias veces a la Unión Soviética, escribiendo los libros “La nueva Rusia” (1926) y “Rusia a los doce años” (1929).

Durante la Dictadura de Primo de Rivera compaginó su corresponsalía en La Nación con el periódico británico Manchester Guardian. En mayo de 1926 estuvo en prisión por unas palabras de apoyo a Miguel de Unamuno pronunciadas durante un banquete celebrado en honor del Dr. Tapia.
Tras la proclamación de la Segunda República, inició una activa y relevante vida política. Fue nombrado Embajador de España en México y resultó elegido diputado en 1933 y 1936. En1934 fue Presidente de la Comisión creada por la Sociedad de Naciones para restablecer la paz en El Chaco, región fronteriza entre Bolivia y Paraguay, cuya disputa había dado lugar a un enfrentamiento bélico entre ambos países.
Durante la Guerra Civil, provocada por el criminal levantamiento de un sector del Ejército en julio de 1936, Álvarez del Vayo fue Ministro de Estado (Asuntos Exteriores) durante los gobiernos de Largo Caballero entre el 4 de septiembre de 1936 y el 17 de mayo de 1937, y de nuevo ocupó el mismo Ministerio en el gobierno de Juan Negrín, desde el 5 de abril de 1938 hasta el final de la contienda. Desde su ministerio denunció incansablemente la política de “No Intervención” y trató de modificar la posición de Francia e Inglaterra respecto a la República española. Pero no solo destacó en su actividad diplomática, sino que en el ámbito propiamente militar tuvo un relevante papel en el cargo de Comisario General del Ejército de la República.
Partidario consecuente de la línea de resistencia de Negrín, al acabar la guerra marchó al exilio y vivió en Francia, México, Estados Unidos y Suiza. Fuera de España desempeñó siempre una política en defensa de la República y claramente antifascista, lo que le llevó al enfrentamiento con el sector del PSOE encabezado por Indalecio Prieto. En 1946, junto con Negrín y otros significados dirigentes, fue expulsado del PSOE bajo la falsa acusación de ser poco menos que marionetas en manos del comunismo soviético.
Incansable luchador antifranquista, en 1971 tuvo parte activa, junto con nuestros camaradas Raúl Marco y Elena Ódena, en la fundación del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, del que fue nombrado Presidente. El FRAP, como ya es conocido, desempeñó, desde la lucha armada, un papel fundamental en la oposición a la dictadura de Franco.
En el año 2008, el PSOE decidió rehabilitar su memoria y readmitirlo en el Partido a título póstumo. Sin embargo, este hecho no se tradujo en acciones concretas para traer sus restos a España y ofrecerle un homenaje digno del incansable luchador antifascista que siempre fue.
OBRAS DE ÁLVAREZ DEL VAYO
Alemania: (aspectos de la guerra), Tortosa (Tarragona), Monclús, 1918; La Nueva Rusia, Madrid, Espasa Calpe, 1926; La senda roja, Madrid, Espasa Calpe, 1928; Rusia a los doce años, Madrid, Espasa Calpe, 1929; Différend entre la Bolivie et le Paraguay: rapport de la Commission du Chaco, Genève, Service des Publications de La Société des Nations, 1934; Siluetas (URSS): Lenin, Trotski, Stalin, Chicherin, Dzerchisnki, Zinovief y Radek, Santiago de Chile, Bolívar, 1937; La guerra empezó en España (lucha por la libertad, 1936-1939), México, Séneca, 1940; The last optimist, London, Putnam, 1950; Reportaje en China: presente y futuro de un gran pueblo, México, Grijalbo, 1958; China vence, Paris, Ruedo Ibérico, 1964; Exilio y Liberación, s. l., Medianoche, 1964; Un mundo en movimiento, Paris, Avance, 1970; The march of socialism, London, Jonathan Cape, 1974; En la lucha: memorias, México, Grijalbo, 1975.