Genial poeta y filósofo romano. En su obra «Sobre la naturaleza de las cosas» Lucrecio expone en forma poética la filosofía del materialismo atomista. En plena conformidad con los filósofos griegos Demócrito y Epicuro (a quien dedica los mayores elogios y distinciones en su obra), proclama los principios fundamentales del materialismo: en el mundo no hay nada fuera de la materia eternamente existente, compuesta de pequeñas e indivisibles partículas: los átomos. Lucrecio refuta la teoría de los idealistas y de los sacerdotes, sobre la creación del mundo por Dios. “Nada nace nunca de la nada por voluntad de los dioses”, dijo. Toda la variedad de las cosas en el mundo, según la doctrina de Lucrecio, se reduce a la múltiple variedad de la concatenación de las partículas de la materia, los átomos. La destrucción de las cosas consiste en la dispersión de los átomos. Ni un solo átomo puede ser destruido. La condición fundamental de la formación de las cosas de la Naturaleza, a juicio de Lucrecio, es la presencia del vacío.

La materia y el vacío componen una unidad, sin la cual no es posible el movimiento, y por consiguiente, tampoco la concatenación y la dispersión de los átomos. En su obra expone que al igual que el mundo tuvo un principio tendrá un final; los elementos están sometidos a continuos cambios, y todos por sólidos que sean terminan agotándose, entre continuas luchas de elementos contrarios, que tendrán como destino final la destrucción y la ruina. Mundo que se formó a base de átomos a los que la casualidad unió. En los problemas gnoseológicos, Lucrecio se situó en la posición de la cognoscibilidad del mundo objetivo. La fuente del conocimiento del mundo exterior son las percepciones sensoriales. Siendo multiformes (redondos, angulares, ásperos, lisos, etc.), los átomos obran sobre los órganos sensoriales del hombre, provocando diversas percepciones. Los sentidos sirven como un instrumento del pensamiento.

 

Lucrecio critica los prejuicios religiosos. La religión, a su juicio, es la causa de la maldad humana. Las raíces de la religión están en el temor del hombre ante los fenómenos desconocidos de la Naturaleza. “El miedo creó los primeros dioses en la tierra”. Suponiendo que basta explicar al hombre las verdaderas causas de los fenómenos naturales para que los prejuicios religiosos desaparezcan, en su poema «Sobre la naturaleza de las cosas» dedica una gran atención a la descripción de los fenómenos de la Naturaleza (el trueno, el relámpago, la lluvia, etc.). La filosofía materialista de Lucrecio ejerció enorme influencia sobre todo el desarrollo del materialismo. Giordano Bruno, Vanini y Gassendi resucitaron el materialismo atomista de Epicuro y de Lucrecio. Los materialistas franceses del siglo XVIII rindieron también gran tributo a la filosofía materialista de Tito Lucrecio Caro.

Fuente: ”Diccionario filosófico abreviado”, Rosental y Iudin, Montevideo,1946